Un símbolo de pureza y serenidad. Este ramo de seis rosas blancas, acompañado de delicados verdes y pequeños acentos florales, transmite paz, respeto y un cariño sincero. Su belleza sencilla evoca luz y esperanza, convirtiéndose en un gesto que habla con el corazón.
Ideal para expresar afecto eterno o acompañar un recuerdo con elegancia y sobriedad, este diseño refleja armonía, calma y el deseo de mantener viva la memoria con ternura y amor.